Causas y consecuencias de la contaminación acústica
El tráfico, un niño llorando o la música a todo volumen son ruidos que pueden terminar molestándonos si nos exponemos a ellos durante un tiempo prolongado. Aunque, además de irritarnos, está científicamente comprobado que son perjudiciales para nuestra salud a largo plazo, ya que reducen nuestra calidad de vida. La OMS señaló a la contaminación acústica como uno de los factores ambientales que provoca más problemas de salud.
Hoy te contaremos todo sobre las consecuencias de la contaminación acústica y cómo evitarlas.
¿Qué es y cómo se produce la contaminación acústica?
La contaminación acústica se refiere a todos los sonidos que están por encima de los 55 decibelios y que infestan un ambiente. Están presentes en la calle, el hogar o en el lugar de trabajo, y por lo general son sonidos considerados innecesarios, molestos y excesivos. Estos son algunos ejemplos de contaminación auditiva:
- El ruido que emiten los autos
- Las bocinas estruendosas
- Las alarmas
- Gritos o bulla
- Música fuerte en extremo
- Los ruidos de los aparatos electrodomésticos
Se trata de sonidos intermitentes que no siguen ningún patrón, interrumpen el silencio y evitan que podamos estar relajados o concentrados en nuestras tareas. De esta forma alteran el orden del ambiente en el que estamos y aumentan los niveles de estrés. A largo plazo, la contaminación auditiva y sus consecuencias dañan la salud.
¿Cuáles son sus consecuencias?
Estar expuesto a un sonido irritante puede arruinar nuestro día. Sin embargo, la contaminación auditiva y sus consecuencias van mucho más allá. Conozcamos sus efectos:
Estrés
La primera consecuencia de un ambiente ruidoso es el aumento del estrés. El cerebro detecta algo que le molesta y no puede evitar prestarle atención o frenarlo, lo que aumenta los niveles de cortisol en la sangre y desemboca en estrés.
Dificultad para concentrarse
Estar en un lugar en el que los sonidos nos bombardean constantemente puede dificultar nuestra capacidad para concentrarnos. Esto también reduce nuestro rendimiento laboral y personal, además de que nos distrae fácilmente. Este efecto es bastante común en las oficinas con demasiada gente, máquinas y ausencia de pautas para enmascarar el ruido excesivo.
Aumento de la presión arterial
Otra de las consecuencias de la contaminación acústica es el aumento de la presión sanguínea y la frecuencia cardíaca. Esto tiene que ver con el malestar que generan los ruidos, lo que a largo plazo puede tener implicaciones más graves en el estado de salud general de la persona.
Pérdida de la audición
En casos extremos, la contaminación acústica deteriora nuestra capacidad auditiva y nos lleva a la pérdida parcial o total de este sentido. Sucede especialmente en personas expuestas a volúmenes excesivos durante periodos prolongados de tiempo.
Alteración del sueño
Los ruidos molestos nos dificultan conciliar el sueño. Esto no solo incluye sonidos presentes durante la noche, pues el exponernos durante todo el día a contaminación auditiva puede desmejorar notablemente nuestra capacidad de dormir.
¿Cómo combatir la contaminación acústica?
Existen distintas maneras de combatir las consecuencias de la contaminación acústica. Algunas requieren medidas más drásticas y otras solo representan cambios pequeños que podemos incorporar en nuestro día a día.
Uno de los puntos importantes para reducir la contaminación auditiva es identificar cuáles son esos ruidos molestos, de dónde provienen y cuándo están presentes. De esta forma será más fácil combatirlos y buscar una solución.
También te pueden interesar los beneficios del mindfulness, una técnica que te ayudará a despejar tu mente para que tengas atención plena.
Algunas otras soluciones que sugieren los expertos son:
Toma una pausa
Este es el paso más sencillo de incorporar a nuestra rutina diaria. Nuestra sugerencia para reducir los efectos de la contaminación acústica es que te tomes un descanso de unos cinco o diez minutos diarios en completo silencio, sin el teléfono celular, sin música y sin que nadie te interrumpa. Esto bajará considerablemente tus niveles de estrés, te permitirá relajarte y mejorará tu concentración. Dale un lugar a tu cerebro para que se despeje.
Esta es una técnica ideal para cuando nos resulta difícil controlar la fuente de la contaminación sonora. Puedes hacerlo a la mitad del día, después de tu jornada laboral o antes de dormir. Debe ser una pausa corta en la que no busques quedarte dormido, meditar o hacer yoga. Solo debes mantener la tranquilidad y no hacer absolutamente nada.
Meditación
Otra posible solución es incorporar un momento de meditación en tu rutina. Puedes hacerlo semanalmente, más de una vez por semana o todos los días. El tiempo que puedas dedicar a conectar con tu mente y tu cuerpo será extremadamente beneficioso para tu salud mental y corporal. Siempre es mejor empezar por algo antes que no hacer nada.
Una buena estrategia es hacerlo por las mañanas. Así comenzarás el día enfocado y consciente de todo lo que debes hacer. También puedes reservar un tiempo al final de tu día, reflexionar en lo que has hecho y permitirte continuar la semana por buen camino. Si te interesa conocer más, te invitamos a leer nuestras meditaciones guiadas para iniciar tu día con energía.
Crea un hogar tranquilo
Si identificas que los ruidos molestos están en tu hogar, lo primero que debes hacer es buscar la forma de ponerles fin. Por ejemplo:
- Repara tus electrodomésticos que hagan ruido.
- Establece horarios de silencio.
- Deshazte de elementos que hagan sonidos innecesarios.
Si estos ruidos provienen de alguien externo, intenta hablarlo con los implicados y haz hincapié en la importancia de tener un hogar tranquilo para mejorar el descanso.
Conclusión
Ahora que ya conoces las causas y consecuencias de la contaminación acústica, te invitamos a seguir aprendiendo sobre los beneficios de llevar una vida equilibrada y consciente a nivel mental y corporal. Nuestro Programa de Meditación Mindfulness te brindará las herramientas para lograr una atención plena y ser consciente de tus decisiones, acciones, emociones y pensamientos. ¡Inscríbete hoy mismo!
