Consecuencias de los malos hábitos alimenticios en la empresa

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Conoce lo que los malos hábitos alimenticios de tus empleados pueden provocar en tu empresa

Una buena alimentación es la base para tener un estado óptimo de salud, pues alimentarse de forma correcta y balanceada favorece el bienestar en diversos aspectos de la vida; sin embargo, ¿qué pasa cuando ocurre todo lo contrario? ¿qué es capaz de ocasionar los malos hábitos alimenticios? Aunque la mayoría piense que las consecuencias radican únicamente en el ámbito físico, es importante conocer lo que una mala alimentación puede significar para el desempeño laboral de cada persona.

¿Qué sucede al tener hábitos alimenticios?

Los problemas de alimentación se basan en malos hábitos que llevamos a la hora de comer, ya sea por exceso, falta, mala calidad u horarios inadecuados en las comidas. Una mala alimentación es capaz de permear en todos los aspectos de vida de cualquier persona. Conoce aquí cómo evitar este tipo de deficiencias laborales y aprende a comer saludable en el trabajo con ayuda de nuestra Clase Magistral.

Entre los errores más habituales de alimentación se encuentran:

  • Beber poca agua o sustituirla con bebidas gaseosas o azucaradas;
  • Saltarse el desayuno y compensarlo con una única bebida o bocadillo;
  • Acostarse justo después de comer;
  • No tener horarios fijos para la ingesta de alimentos;
  • Comer de forma apresurada;
  • Ingerir productos “preparados” en demasía;
  • Comer mientras se trabaja o se hace una actividad diferente, y
  • Consumo excesivo de alcohol, grasas saturadas y azúcares.

Las causas de estos errores alimenticios pueden variar dependiendo del estilo de vida de cada persona; sin embargo, estos también pueden llevar a consecuencias tanto físicas como psicológicas como:

Depresión

Este trastorno del estado de ánimo se caracteriza por el abatimiento, el sentimiento de infelicidad y la culpabilidad, suele estar acompañado en menor o mayor grado por la ansiedad. Una mala alimentación puede ser la primera pista para la detección oportuna de esta enfermedad.

Problemas de sueño

Los trastornos del sueño son un grupo heterogéneo de problemas relacionados con la alteración del ciclo vigilia-sueño. Cuando existen malos hábitos alimenticios como la ingesta excesiva de alimentos o el nulo consumo de ellos, estos ciclos se ven afectados radicalmente, al grado de impedir un descanso reparador.

Problemas de memoria y concentración

Al llevar una alimentación desbalanceada, la capacidad de atención se disminuye y complica todos los problemas cotidianos. El exceso de calorías, grasas y azúcares, provoca una falta de concentración y una baja capacidad de memorizar todo tipo de información.

Obesidad

La obesidad y el sobrepeso son las enfermedades más comunes derivadas de una mala alimentación. Este par de padecimientos son la consecuencia directa de mantener malos hábitos al momento de comer, además de otros factores importantes como la falta de actividad física, el sedentarismo y una dieta baja en nutrientes necesarios en la alimentación diaria.

Problemas de corazón

Aunque los problemas del corazón parezcan ser la consecuencia directa de la obesidad, muchas de estas dolencias pueden aparecer en personas con un peso normal; sin embargo, debido a diversos hábitos incorrectos como saltarse las comidas, comer en exceso o ingerir a deshoras, se ha aumentado cada vez más el riesgo de padecer enfermedades como la hipertensión o los problemas cardiacos.

Envejecimiento prematuro

La comida es uno de los factores determinantes según el rango de edad de cada individuo. Una buena alimentación puede llevar a una mayor calidad de vida y por consiguiente, una mayor longevidad. Por el contrario, los alimentos ricos en grasas y azúcares, aceleran el envejecimiento del cerebro y el cuerpo en general.

Además de una mala alimentación, existen otros factores que pueden afectar el rendimiento de tus empleados. Si deseas conocer más, no te pierdas del artículo Cómo afecta la falta de inteligencia emocional en tu trabajo.

¿Qué le sucede a una empresa con empleados con malos hábitos alimenticios?

Aunque la mayoría piense que los malos hábitos alimenticios solo se manifiestan en el aspecto físico y mental de las personas, la realidad es que estos errores a la hora de comer se pueden replicar en el ámbito laboral.

De acuerdo con un estudio publicado por la Oficina Internacional del Trabajo (OIT), la mala alimentación en el trabajo causa perdidas de hasta un 20% en la productividad. Los resultados arrojados determinaron que la mayor parte de empleados con este tipo de deficiencias sufre de enfermedades como la desnutrición y la obesidad.

El mismo estudio señala que son pocos los trabajadores que están contentos con sus comidas. Este tipo de juicio está relacionado con otro tipo de falencias como la moral, la seguridad, la productividad y las metas a largo plazo. La mayor parte de los entrevistados con malos hábitos alimenticios tienen estas cualidades poco trabajadas o ausentes.

A partir de estos estudios se ha detectado que en diversas partes del mundo, los malos hábitos han llegado a contabilizar perdidas monetarias; por ejemplo, en Asia Sudoriental, los malos hábitos alimenticios de los empleados, específicamente la deficiencia de hierro, ha provocado pérdidas por 5 mil millones de dólares por baja productividad.

En India, el costo ocasionado por la falta de productividad por enfermedades relacionadas con la desnutrición, oscilan entre los 10 mil y 28 mil millones de dólares. En Estados Unidos, el costo de la obesidad para las empresas, reflejado en seguros y licencias pagadas, suma cerca de 12 mil 700 millones de dólares anuales en pérdidas.

Ciertos centros de trabajo siguen considerando la alimentación como un asunto secundario o como un estorbo para lograr el máximo potencial en sus tareas. Los comedores laborales, encargados de ofrecer una selección rutinaria de alimentos, las maquinas expendedoras y los restaurantes cercanos con altos costos, aumentan los malos hábitos alimenticios en los trabajadores.

Aunque todo esto pueda parecer un problema de fácil solución, el asunto puede llegar a escalas generacionales. Esto debido a que diversos trabajadores tienen dificultades para alimentar a sus hijos, lo que ocasiona que se comprometa el rendimiento óptimo de la fuerza laboral del futuro.

¿Qué puedo hacer para mejorar los hábitos alimenticios de mis empleados?

Debido a la deficiencia en los hábitos alimenticios de los empleados, diversos estudios han llegado a la conclusión de que la manera ideal de mejorar, es implementar diversas “soluciones alimenticias” en los sitios de trabajo. Estos pueden ir desde la repartición de tickets de comida hasta recomendaciones prácticas para mejorar los comedores, las cafeterías o las salas de encuentro.

Ante la inmediatez de ofrecer mejores alternativas alimentarias a tus empleados, existen algunas estrategias o consejos que puedes implementar en tu espacio de trabajo desde ahora:

Cuida las maquinas expendedoras

Nadie puede negar que una maquina expendedora es la solución perfecta y más rápida si se quiere obtener un bocadillo; Sin embargo, es importante considerar que la mayoría de productos que ofrece, no cuentan con los nutrientes necesarios o ideales, Por ello, la mejor recomendación es tener la menor cantidad de estas maquinas o en su defecto, intercambiar los productos por aquellos con mejores nutrientes.

Establece la hora de comida y motiva a tus empleados a reunirse

La practica de comer solo en el escritorio se ha vuelto un ejercicio bastante común entre los empleados de todo el mundo, por esta razón, diversos estudios señalan que comer con compañeros de trabajo puede mejorar tanto la colaboración como el desempeño laboral. Lo ideal es incitar a tus empleados a tomar la hora de la comida cuando llegue el momento y a compartir la mesa durante este lapso.

Cambia los dulces por la fruta

En casi todos los lugares de trabajo no pueden faltar los recipientes de dulces o bocadillos salados. La mejor forma de reducir el consumo de estos es intercambiarlos por frutas frescas y fáciles de comer.

El agua no debe faltar

Un nivel muy alto de deshidratación puede afectar la memoria, así como aumentar la ansiedad y la fatiga de cualquier trabajador; Por ello es importante contar con reservas constantes e idóneas de agua, lo que evitará que tus empleados busquen alternativas como bebidas gaseosas o azucaradas.

Caer en conductas poco saludables en el trabajo es fácil; Sin embargo, una conciencia plena y un ambiente saludable puede crear una mayor cultura de bienestar en todo tu equipo de trabajo.

Ahora que has aprendido como crear buenos hábitos alimenticios en tus empleados, te recomendamos seguir trabajando en este aspecto con el siguiente artículo Aprende a comer saludable en el trabajo.